Cierto hidalgo cincuentón dio en el más extraño pensamiento en que jamás dio hidalgo alguno en Ñipas, y fue que un día amaneció tan tranquilo diciendo que él era don Quijote de la Mancha y, en efecto, se puso a hacer y decir las cosas que hacía y decía don Quijote de la Mancha (eso sí que solo, pues parece que Ñipas no daba para Sancho Panza). Pasó el tiempo e inevitablemente llegó la hora de la muerte y de la cordura. El hidalgo cayó en un profundo sueño y al despertar dijo "bueno, se acabó, ya no hay don Quijote; yo soy Alonso Quijano, a quien mis costumbres me dieron renombre de bueno", después de lo cual se sumió en otro sueño. Pronto despertó; esta vez dijo"basta de locura, yo soy Ignacio Rodríguez Alminacid y no hay más leña que la que arde" y cayó nuevamente en un profundo sopor. Al cabo de unas horas despertó como asombrado, miró alrededor, dijo "después de todo, quién es uno" y ahora sí cayó en un sueño defintitivo, dejando alterado para siempre el concepto de identidad personal en Ñipas.
Andrés Gallardo (Chile)
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Revisión de microcuentos:
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Las conclusiones más importantes a las que se llegó durante la primera clase respecto a este microcuento son las siguientes:
- La problemática central que se trabaja en el texto es el de la identidad: el personaje principal no se define.
- Este texto dialoga (intertextualidad) con la obra de Miguel de Cervantes, "El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha". Sin embargo, hay bastantes diferencias entre el microcuento y esta obra, entre ellas que el "hidalgo" de Ñipas no tiene escudero, ni córcel, ni doncella, ni tampoco es de la Mancha, pero la principal, es que su definición por una identidad es menos clara que en el Quijote de Cervantes.
Reflexión:
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Contesten las siguientes preguntas en comentarios, firmando sus respuestas:
- ¿Les ha gustado el microcuento trabajado en la evaluación diagnóstica? ¿Por qué?
- ¿Conocían los microcuentos antes de comenzar con la unidad?
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